LA DEMOCRACIA Y LA ELECCIÓN MÁS GRANDE EN LA HISTORIA DEL
MÉXICO MODERNO
Jesús Salvador GARAY GRANILLO[1]
Sumario:
I. Introducción II. La Democracia III. El
Intento de democracia mexicana IV. Elecciones concurrentes V. El poder de los
jóvenes VI. Conclusión
Resumen
El presente trabajo tiene como finalidad, hacer
consciencia entre los estudiantes de derecho y quienes ya ejercen la abogacía,
con respecto de lo que es bien llamada: “la democracia más cara del mundo”;
para que, como fieles servidores de la justicia, alcemos la voz o encaminemos
nuestras ideas y decisiones, hacia un sistema más participativo y con mayor
credibilidad.
I. INTRODUCCIÓN
La democracia mexicana, si bien una de las más admiradas
en el continente americano por su estilo propio de participación ciudadana,
viene a ser para los que viven en este país: un sistema que se ha corrompido y
empieza a mostrar síntomas de debilitamiento.
A través de las cifras que las propias entidades
autónomas como el Instituto Nacional Electoral (a partir de ahora: INE) o los
diversos institutos electorales de cada entidad federativa, es que se advierten
las cantidades estratosféricas que son utilizadas para una sola elección.
Ahora bien, siendo un país con ciento veinte millones de
habitantes en donde la lista nominal (aproximadamente) tiene el setenta y dos
punto cinco por ciento de ellos (es decir, alrededor de los casi ochenta y ocho
millones de personas), no es de sorpresa que se deban invertir tan
inconmensurables recursos para salvaguardar el derecho fundamental, consagrado
en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de votar o ser
votado.
Sin embargo, en un país donde la canasta básica no puede
ser tan básica porque el salario mínimo no tiene el poder adquisitivo
necesario, también era de esperarse que pareciera una burla para todos, el que
los gobernantes gasten a manos llenas el erario. Si bien, el presente escrito
no tiene como finalidad hacer una crítica a los gastos gubernamentales (y para
efectos de este trabajo, electorales), debemos enfatizar, y recordar, todo lo
que se tiene que invertir, además de las elecciones.
Convencidos estamos todas las nuevas generaciones de
estudiantes, sin importar cuál sea nuestra ideología política, que conforme
pasa el tiempo, creemos en el dicho popular que versa: “los de arriba se
aprovechan de los de abajo”. Y es que, no solamente es cuestión de tener la
mejor información o poseerla toda con solo sacar nuestro teléfono inteligente y
navegar en internet; se trata, además, de la educación en el país.
Las universidades, representan un reto para los
candidatos a algún cargo público, lo hemos visto en algunas noticias y en los
rechazos a las invitaciones por parte de quienes pretenden gobernar. Y es que,
como su nombre lo indica, en una universidad se tiene, vaya, una universalidad
de ideas, donde ningún candidato se sentiría en su zona de confort, por miedo a
ser atacado. He allí, el poder de los jóvenes, del cual, hablaré más adelante.
Una transformación verdadera, comienza con uno mismo. Y no
se trata de ser poético en cuanto a esto, pero realmente hemos visto el
despertar de la sociedad de mexicana, que ante el sentimiento de ausencia por
parte de sus representantes, han querido hacer justicia por su propia mano; sin
embargo, la represión gubernamental y social, ha impedido que se tome el
control por parte de la población.
No obstante lo anterior, para un jurista, se cree que la
respuesta a todo está en la ley; y efectivamente, allí está. Constituido en el
artículo 35, fracciones I y II de la Carta Magna[2]:
el derecho a votar y ser votado; que, en consideración con las opiniones
escuchadas en los pasillos de las universidades o en las conversaciones entre
amigos o familia, es uno de los pocos derechos que aún no han sido del todo
“pisoteados” por el poder.
Es así, pues, que este trabajo no es sino otra forma de
recordarle al lector, sobre su obligación de desempolvar la mente de sus
allegados y hacerlos recordar y caer en cuenta, que solamente en nuestras manos
está el rumbo del país.
II. LA DEMOCRACIA
Conocida por todos como “el poder del pueblo” por su
etimología tan básica y fácil de definir, vemos un desfase entre la realidad de
los hechos y el nombre.[3]
Nuestro país sufre actualmente una democracia alternativa, donde resulta ser
que el poder no es del pueblo sino el pueblo del poder; en palabras del
periodista Alberto Vieyra Gómez, sufre de una ‘ponzoñosa partidocracia’ o el
mal de unos terribles ‘politicastros’, una forma chusca pero directa de decir
que somos controlados por los entes de poder.
Originalmente, la democracia fue planteada para las
ciudades-estado griegas a mediados del siglo V a.C.[4],
tal vez ello nos de una idea de por qué nos es tan difícil aplicarla de una
manera correcta; han transcurrido veinticinco siglos desde entonces y aún no
caemos en la cuenta de que la estamos usando mal; y si acaso ya caímos en
cuenta, no hacemos nada para corregirla.
Adicional a lo anterior, el artículo 40 de la
Constitución Mexicana, establece de manera textual que “es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república […]”;
y cualquier crítico o amante del constitucionalismo, como lo es el presente
autor, se hace la interrogante: ¿quién le preguntó a todos los mexicanos? La
república nace en Roma, y ellos denominaron a su sistema “respublica”,
por república, del latín “res”, que significa cosa o asunto,
y “publicus” o “publica”, que significa público
-por lo tanto, una república era la cosa que pertenecía al pueblo romano[5];
no obstante, advertimos nuevamente sobre la poca relación entre el concepto y
la realidad.
III. EL INTENTO DE DEMOCRACIA MEXICANA
Este apartado viene a ser una crítica sobre la democracia
del México posrevolucionario, entorno a la acepción social que ya vimos
someramente. El siglo XX, considerado como el siglo del poder ejecutivo por su
claro matiz presidencial durante los primeros años de la constitución de 1917,
marcó la pauta para que el poder aprendiera y controlara a la sociedad mexicana
cuando algo no le gustara; el sistema adquirió la sabiduría para conocer las
formas reprimenda si la sociedad de levantaba en armas nuevamente, supo de las
técnicas para ejecutar fraudes electorales y desarrollo todo un sistema legal
para protegerlo contra cualquier oportunidad de defensa social.
De tal suerte, en los tres periodos presidenciales que
México ha tenido en el siglo XXI (Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa
y Enrique Peña Nieto), el país ha sufrido un incremento en la violencia y un
desaprovechamiento del potencial económico del país. Aunado a ello, la
corrupción ha sido más notoria y grave en el último sexenio; tan así, que es
considerado como el más corrupto en toda la historia. Y esto tiene que ver con
la democracia y las elecciones, toda vez que se apreciará cómo pasaremos de un
gobierno centro-derechista, a un izquierdista con la posible entrada de Andrés
Manuel López Obrador, luego de contender por tercera ocasión a la presidencia
de la república.
El candidato de la coalición “juntos haremos historia”, representa para muchos el cambio y la
transformación; quizá por eso los ataques constantes en su contra, quizá por
eso el miedo que tiene el sistema de que él llegue a ser el titular del
ejecutivo. Pero si bien es cierto que no es considerado como el candidato más
inteligente o preparado académica o profesionalmente para el cargo, sí es
considerado antisistema, lo cual le ha servido para ganar tantos seguidores.
He allí también, el poder que tiene la gente para cambiar
el gobierno y el intento de democracia que hasta ahora tenemos.
IV. ELECCIONES CONCURRENTES
Esta modalidad propone una forma práctica y ‘eficaz’ de restructuración gubernamental,
en donde cada determinado lapso, se cambien al mismo tiempo, diversos cargos de
elección popular; por ejemplo, este año, se cambiará por completo el sistema
federal: Presidente de la República, Senadores y Diputados; entre otros
ejemplos propios de cada estado o de la Ciudad de México. En total, según
cifras del propio INE[6],
se estarán disputando, más de tres mil cuatrocientos cargos de elección
popular.
2018 es el año de la elección más grande en la historia
de México, no solo por el impacto económico que tendrá en el país (ya sea por
la incertidumbre de los empresarios con respecto de quien sea electo como
presidente de la república[7] o
la renegociación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte[8]),
sino por todos aquellos asuntos político-sociales que atraviesa el país, como
el hartazgo social y la poca credibilidad en el sistema. Representando pues,
una capacidad u oportunidad para la comunidad electoral, cada vez más
consciente e informada, de cambiar el rumbo del país.
El esquema de las elecciones concurrentes tiene a bien,
el firme propósito de invitar al ciudadano a votar y hacer que note la
importancia de emitir su opinión. No obstante, también representa una
‘disminución’ en el gasto electoral (es aquí donde centraremos la crítica).
Si bien es cierto que al tener elecciones concurrentes
estamos a la merced de evitar derogar tanto dinero en tantos momentos, se ha
invertido en otras vertientes. Pondremos de primer ejemplo, la aplicación del
INE para la recolección de firmas de los candidatos independientes, la cual
costó (por todo el servicio) cuatro millones ciento sesenta y cinco mil
seiscientos setenta y tres pesos[9],
de la cual, se presentaron fallas y un registro poco eficiente de la calidad y
base de datos que provenían de la misma.
En segundo, y último, ejemplo, los debates
presidenciales; donde el primero de estos, realizado el 22 de abril de 2018, se
gastaron doce millones seiscientos mil pesos[10]. Y
cuando originalmente se tenía un presupuesto de veinte millones para los tres
debates (lo que implicaría que para los dos restantes solo quedaría siete punto
cuatro millones de pesos), el INE dio una declaración donde advertía la
duplicación en el presupuesto, el cual ascendía a los cuarenta y cuatro
millones de pesos[11].
Todo lo anterior, es solo una ‘pisca’ del presupuesto que
se tiene para la elección más grande en la historia del México moderno, pues en
total (y con un incremento del veintidós por ciento con respecto del 2012) se
derogarán veintiocho mil veintidós punto cinco millones de pesos.[12]
Es cierto que no llega al presupuesto de ninguna
secretaría del gobierno federal; pero de haber más reducciones en los
presupuestos de estas y más incrementos en los presupuesto de las elecciones,
pronto, el muy por poco doble presupuesto de la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) -que se vio
afectado con una reducción del ocho punto ocho por ciento en su presupuesto[13]-
se vería superado por lo que gasta el INE en unas elecciones.
V. EL PODER DE LOS JÓVENES
En esta ocasión, aunado a la gran información disponible,
existe un poder que los candidatos ya advirtieron, pero que hace falta que los
involucrados se den cuenta de que lo tienen. Hablamos de los jóvenes, esos que
representan el poco más del veintinueve por ciento de la lista nominal
(aproximadamente: veinticinco millones seiscientos ochenta y ocho mil
doscientos treinta y dos)[14].
Esto quiere decir, que las personas entre los dieciocho y treinta años, tienen
en sus manos un gran peso encima; al poseer prácticamente el treinta por ciento
de quienes pueden votar, son la esperanza de toda una generación de futuros
mexicanos.
Aun así, sabemos que no basta solamente con salir a votar
todos los jóvenes (utópicamente pensando que lo hicieran), sino que falta el
otro setenta por ciento de la lista nominal; que si los, supuestamente, más
conocedores del acceso a la información no quieren salir a votar, ¿qué
esperanza podríamos tener de que las generaciones que nos preceden lo hagan?
Ese es el compromiso de las nuevas generaciones, hacer
que todos se interesen por votar y ser votados; la política no es solo ser
candidato a un cargo de elección popular, es involucrarse en el desarrollo del
país desde el aspecto gubernamental.
El poder de los jóvenes, radica en el sentido de
pertenencia que todos deben de tener para con su país. De tal suerte,
tendríamos así, una democracia participativa y no a mal, un intento de
democracia.
VI. CONCLUSIÓN
El presente trabajo fue desarrollado con la seriedad que
se merece un escrito jurídico, buscando fundamentar de la manera más precisa y
correcta, obteniendo la información de fuentes totalmente confiables; no
obstante, contiene una crítica que no es solamente del autor, sino de la gran
mayoría de los estudiantes de licenciatura en derecho. Pues como se mencionó en
párrafos anteriores, sin importar la ideología política, todos vivimos en este
país, y si este nos importa, concordaremos siempre en que el beneficio de la
patria es superior al personal.
La tendencia debería ir siempre a tomar las cosas con la
seriedad requerida y con la madurez suficiente para comprender, que no nos
estamos jugando la vida de nuestro país por los próximos seis años, sino que,
cualquier decisión que sea tomada por los gobernantes, puede alterar nuestro
rumbo por generaciones.
Por lo tanto, la democracia fue, es y deberá ser siempre
el poder del pueblo, y en la elección más grande en la historia del México
moderno, somos nosotros los jóvenes quienes tenemos la obligación de
salvaguardar nuestra Constitución y nuestro derecho fundamental al sufragio.
BIBLIOGRAFÍA
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[1]
Estudiante de Licenciatura en Derecho por la Universidad Autónoma de Chihuahua.
[2]
Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_150917.pdf;
consultada el 12 de junio de 2018 a las 13:35.
[3]
Sartori, Giovanni, La teoría de la
Democracia, versión española de Santiago Sánchez González, Editorial
Alianza, 1987.
[4]
Dahl, Roberto, La democracia, Encyclopaedia
Britannica, 2004.
[5]
ÍDEM
[6]
Que pueden ser consultadas en su portal de internet: http://www.ine.mx/voto-y-elecciones/elecciones-2018/
[7]
Para un mayor entendimiento del tema, está el artículo de opinión por parte de
Yuriria Sierra, escritora de Excelsior. Disponible en: http://www.excelsior.com.mx/opinion/yuriria-sierra/candidatos-y-empresarios/1243741;
consultado el 12 de junio de 2018 a las 15:39.
[8] El
Instituto Mexicano de Contadores Públicos, ofrece en su portal de internet, un
artículo sobre los puntos más importantes para entender la renegociación del
TLCAN. Disponible en: http://imcp.org.mx/servicios/10-puntos-clave-entender-la-renegociacion-del-tlcan/;
consultado el 12 de junio de 2018 a las 15:43
[9]
Gómez, Leslye, Dudas en empresa que hizo
App a INE, El Universal, 2018, México. Disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/elecciones-2018/dudas-en-empresa-que-hizo-app-ine;
consultado el 12 de junio de 2018 a las 16:01
[10]
Ángel, Arturo, “¿Cuánto nos han costado
los debates presidenciales de 2012 y 2018?”, Animal Político, 2018, México.
Disponible en: https://www.animalpolitico.com/2018/05/costo-debates-presidenciales-de-2012-y-2018/;
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[11]
Juárez, Magali, “Los debates
presidenciales costarán 44 mdp, dice INE”, El Financiero, 2018, México.
Disponible en: http://www.elfinanciero.com.mx/elecciones-2018/segundo-debate-presidencial-fue-mas-visto-que-el-primero-lorenzo-cordova;
consultado el 12 de junio de 2018 a las 16:19
[12] “Entre
financiamiento a partidos y autoridades electorales, ¿cuánto tendremos que
pagar por los comicios de 2018?”, Animal Político, 2018, México. Disponible en: https://www.animalpolitico.com/2018/01/elecciones-costo-partidos/;
consultado el 12 de junio de 2018 a las 16:26
[13] “Las secretarías más y menos beneficiadas en
presupuesto para 2018”, Nación 321, 2017, México. Disponible en: http://www.nacion321.com/gobierno/las-dependencias-mas-y-menos-beneficiadas-en-presupuesto-para-2018;
consultado el 12 de junio de 2018 a las 16:31
[14]
Villanueva, Dora, “Jóvenes, 29% de la Lista Nominal”, El Economista, 2018,
México. Disponible en: https://www.eleconomista.com.mx/politica/Jovenes-29-de-la-Lista-Nominal-20180214-0009.html;
consultado el 12 de junio de 2018 a las 16:44
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